-->

16 de abril de 2009

Hoy por tí. Mañana también.


Hoy es un día cualquiera. Al menos para mí. Me despierto de mi cama, me ducho, salgo, como, sueño, escucho, pienso, existo, hablo, grito, lloro, devoro, me levanto, duermo, cuento, pestañeo, respiro, y me acuesto. En principio, habría sido un día normal. Pero hay algo aquí, en mi pecho, que me impide comportarme como siempre. Este rugido que produce mi corazón no es usual en un día como siempre. Esta sonrisa perfilada no aparecería en un día cualquiera. Ese fulgor en esta mirada propia y familiar, además de esperanzada, es rara. Ese magnífico escalofrío que se reparte por todo tu cuerpo y que te hace sentir viva es especial, y esas miradas esperanzadoras al cielo no son propias de una mañana como esta. Hoy pienso demasiado en unos ojos verdes acariciando mis tostados iris y meciendo mis pupilas lentamente, hasta hacerme soñar en un futuro perfecto. Me baño en tu tez nevada, como si fuera una nube, me apoyo en ella, la disfruto, la muerdo, la beso, la quemo, la adoro, la huelo. Huele a ti. Me gusta como hueles. Es un olor armónico con un suave acento de perfume de hombre, que parece puesto con prisas y en escasez, pero aunque sea casi invisible, está presente. Y esos labios que decoran tu efigie me asombran, me devoran, me hablan, me pican, me ponen de los nervios, me besan, me susurran, me sonríen, me asfixian, me atrapan, me dan sueño, me dan hambre, me ponen.
Recuerdo una noche de otoño, los dos juntos desplomados en el medio del césped de mi jardín, contemplando nuestras estrellas a lo alto de aquella manta marina que nos daba calor. Casi me acuerdo de tu voz. ¿Tanto hace que no nos vemos? Pues seguramente. Aunque no tengo prisa, me has enseñado a ser paciente. Me has enseñado que acostarse con la persona a la que quieres es asombroso y, no importa lo mucho que esperes, porque nuestra llama no se apaga mientras la esté yo protegiendo ante el frío de este interminable invierno. Porque comprendí que el amor está por encima de todo. Porque tu cuerpo y el mío están por encima de cualquier razón. Porque hay algo, un feeling entre nosotros dos, porque hay un hilo entre mis ojos y los tuyos, porque hay algo. Y le doy las gracias a ese algo, que me ha hecho crecer, y no centímetros, sino metros y metros hacia arriba. Y poco falta para llegar hasta tu mano.

Feliz San Valentín, Nico.
Un día cualquiera, un Catorce de Febrero de 2009. Madrid.






Texto cortito, para lo que tenía en mente, pero es lo que tiene no dormir casi en una semana.

No hay comentarios:

Flowers are growing all over my bones.

No pretendo en absoluto ser la más famosa de todo Blogger, no. Lo que intento es tener un rinconcito en la web para que amantes de la literatura y adictos al placer de escribir se tomen unos minutos para leer algún que otro relato, algún que otro párrafo y para opinar sobre mis minutos de tecleo nocturnos. La verdad, prefiero que os sinceréis conmigo criticando mis poligrafías de manera constructiva; -pues siempre se aprende más de lo que te han enseñado, reprochado y corregido-, que digáis 'está muy bien.' Por una vez, quiero que me juzguen por lo que escribo.