Y sus esperanzas se fundieron en su ciega oscuridad con una luz utópica (de manera a que esa luz estuviese tan lejana como una estrella, prácticamente inaccesible). Después de todo, era tan sólo una cría controlada por dos individuos de mal genio, contradictorios y carecientes de racionalidad. Después de todo era lo que esperaba ella. Que no pasase nada y que estuviese encerrada en cuatro paredes durante unos años. Deleitando su escasa música y comiendo galletas a escondidas. Al menos es lo que ella esperaba que ocurriese. Porque ellos son muy predecibles y sabes su castigo de adelanto, ellos solo quieren para martirizarte. Y a ella la tenían de experimento. Probaban con ella las peores y más duras torturas. La hacían creer que no estaba viva. Y ella lo creía.
Relato de una niña castigada.
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