-->

30 de mayo de 2009

En pedacitos de cristal.


Helen lloraba al otro lado de la puerta, ambas manos apoyadas en el pecho y un rostro pálido de dolor. Se oían patadas a las paredes, gritos, y jadeos de él con un sonido tan hueco que casi ni se llegaba a entender lo que decía. Buscaba algo, pero no lo encontraba; algo que realmente necesitaba. Ella las guardaba en un sobre húmedo por sus lágrimas y lo apretaba con sus escuálidas, blanquecidas y cuidadas manos. Al otro lado de la puerta, golpes secos, áridos y repetitivos intentaban empujar la puerta abajo, y Helen, después de reflexionar a llantos unos segundos, decidió esconderse en el ático de arriba del todo. Huyó rápidamente, intentando no resquebrajar el suelo ni hacer ruido por la madera de las escaleras casi podridas que llevaban arriba. Abajo se oían chillidos, voces rotas, patadas a la  puerta y sonido de cristales rompiéndose. Se intentó esconder detrás de un cofre en el fondo de la habitación. Miró su sobre y pensó donde debería guardarlo para que no lo encontrase. Si lo tira por la ventana, él saltaría detrás y jugarse la vida por otra más. Si lo escondía, él las buscaría hasta encontrarlas todas. Lo que debía hacer, lo tenía claro. De un golpe sordo tiró la puerta y empezó a correr hacia alguna parte, al borde de la locura. Después de unos minutos buscándola por toda la casa, subió al ático. Ella se levantó y le miró fijamente. El balbuceó palabras sin sentido, queriendo decir "dámelas". Helen le mantuvo la mirada todo el tiempo que pudo, hasta que él se acercó sin fuerzas. Ella, sin mover ni un otro hueso, le enseñó el sobre, y sacó el Cristal. Era lo que él buscaba, su Metanfetamina. Las miró con terror y a la vez lujuria, deseando tomarse su dosis pero a la vez pensando que es lo que iba a hacer con ello. Helen, aparentemente sobria, seria y calmada acercó el sobre con el Cristal a su boca, y se tragó todas las pastillas. No quedaba ni una. Él, miró fijamente aterrorizado la situación, nublado por la adicción y muerto por el pavor. Desplomada, cayó al suelo y dejó de respirar. Él se dio cuenta de todo el mal que había hecho por esas pastillas de pura droga. Remplazaron a Helen y ella, era la mujer de su vida.

27 de mayo de 2009

Anarquía.

Hoy voy a hablar de un tema muy discutido, llamado Anarquía.
Muchas lenguas dicen que ser Anarco es hacer lo que te da la santa gana, porque según ellos no hay reglas ni leyes ni principios, ni nada. Porque ellos al captar la definición que se dice por ahí, un estado sin gobierno ni sistema político, piensan que, como bien dije antes, la anarquía es básicamente hacer lo que venga en gana. Puedes robar, puedes no ir al instituto, puedes matar, puedes violar, puedes ser el autor de un homicidio, puedes quemar;  y nadie te da órdenes, ni te encierra en cárceles, ni te condena a muerte, ni te obliga a hacer nada. Y por todo eso, alguna gente aborrece la Anarquía, porque se informan de los mal informados, y a su vez se mal informan también.
Me he tomado el tiempo y la dedicación de buscar en un diccionario la palabra y después de varias definiciones ésta me interesó en particular:

Desorganización, desorden o confusión que se crea por la falta de sometimiento a unas reglas o costumbres que rigen en una determinada actividad o ámbito de la vida: la anarquía urbanística ha destrozado muchos kilómetros de las costas de ese país; los conflictos políticos internos del gobierno también han contribuido al clima de anarquía y caos.

Error. Aquí está la confusión. Directamente el nombre anarquía hace referencia al caos, y como ha debido ser, la gente ha tomado la idea del régimen denominado de este modo y lo ha cambiado. Sin duda, bajo esta sociedad, se puede hablar de caos si instauramos en estos momentos la Anarquía, pues el hombre no está hecho para respetar los principios y auto-crearse derechos y deberes cumpliéndolos a raja tabla. Hemos de decir que la Anarquía, en efecto, es una  doctrina política demasiado revolucionaria para ser instalada ahora, a principios del Siglo XXI.
Trasteando por Wikipedia, debo exponer lsu definición la cual me parece muy acorde con el término que le doy yo:

La palabra anarquía deriva del griego αναρχια anarchia, de αναρχος anarchos 'no soberano'.1 Designa la ausencia de poder público, es decir la situación política o social en la que ningún individuo ejerce poder coactivo (autoridad o gobierno obligatorio), sobre otros.
Las connotaciones de la palabra varían drásticamente según se considere esta ausencia de coacción: bien como un orden libre deseable, bien como un caos a evitar. Es un sinónimo de acracia, mas no lo es de anomia. A diferencia de la autarkeia, un principio ético y moral filosófico, la anarquía se refiere a un orden de la filosofía práctica o política.



Resumiendo, esta definición explica que por sus propios principios, el hombre debe saber qué está bien y qué no. Cada uno tiene que imponerse sus propios derechos y demostrar al mundo su capacidad de organización y de evolución, porque el colmo del hombre sería funcionar sin soberano y por sus propio medios; sabiendo que debo trabajar lo mismo que los demás, que no debo matar, que debo estudiar y dejar atrás la irresponsabilidad, uno de los mayores defectos del Ser Humano.
Como bien he dicho antes, esta política de nuestros tiempos es imposible, pues crearía el Caos,. Ningún Humano -incluida yo- sería capaz de imponerse sus deberes y sus obligaciones haciéndose auto-funcionar de cierta manera, igual al resto. Porque todos somos egocéntricos, irresponsables, inmaduros y materialistas. Aquí abajo, es la ley del más fuerte, aún.
Pero después de preguntarme ¿Porqué necesitamos un jefe en nuestra manada? Ante esto, debo decir que es lo más natural, pues hasta en los animales hay un soberano, hay descontrol,  hay caos. Pero también he de decir que el Humano ha sido la raza superior, de alguna forma, la más evolucionada, y debemos demostrar al resto que podemos actuar solos y dejar atrás los sistemas arcaicos de los animales para meternos en un nuevo método que se basa, según dijo mi buena amiga Inés: Igualdad y Respeto. En dejar atrás todas esas fobias al hombre, y todos esos ataques; porque cuando por ejemplo robas a alguien, el hombre mata al hombre. Porque todos nosotros, los seis billones de personas que residen en tu mismo planeta, somos uno. Somos una raza, y nuestra única arma es la palabra. Y, en algún futuro, espero poder presenciar la instauración de la Anarquía en éste nuestro Mundo.

En mi opinión, la Anarquía podría, en algún futuro, hacernos mejorar. Si quieren una respuesta franca, estoy más bien a favor, pero de una manera utópica. Creo en la Anarquía.


Eso es todo, tenía dudas sobre este tema, y mejor estar informada que quedarse con lo que uno tiene,¿no?

25 de mayo de 2009

Nunca pensé que llegaría a ocurrir.

Nunca lo pensé, nunca pensé que te llegaría a olvidar tan pronto. Tanto tiempo juntos, tantas memorias, tantas sonrisas, tantos sueños y tantos propósitos; tantas pasiones fulgurantes, tantos mimos, se han quedado todos en un rinconcito de mi mente, tan insignificantes que ya casi no me acuerdo. Se ha quedado como el baúl del trastero donde solo hay fotos de tu infancia y poco más.
Es una puerta que se ha cerrado, dando lugar a la abertura de otra que te da más posibilidades. Pero esa puerta no me hacía ningún bien, era como la entrada a un mundo gélido dónde el bienestar estaba lejos, a la otra punta. Así que como cualquier persona, he decidido pasar página y hacer un nuevo capítulo, el capítulo de la Libertad, de la no-atadura a alguien, del desenamoramiento, del final de la dependencia, de la decadencia del Imperio al que estaba sometida, de la recuperación de la vista (pues el amor ciega) de la pasión por descubrir algo nuevo.

Algo que me llene, algo que no me cierre puerta alguna, que me haga sentir libre cual pájaro migrando hacia América; algo que no se aleje, pero que no me agobie, un punto intermedio.
Aunque después de todo, siempre es difícil encontrar a la persona que se adecue a tus gustos; tú, siempre con tus ideas claras de estatura, color de pelo, color de ojos, tez; y de repente llega uno, pero ese te captura como si fueras ya suyo, y eso, por mucho que no siga tus principios de hombre perfecto, te hipnotiza y caes en su trampa.
Así es, básicamente, el amor.

23 de mayo de 2009

Tormenta.


Hoy me ha dado por cantar. Cantar canciones, sin más. Abrir el iTunes, poner una canción melancólica, cantarla, y disfrutarla. Son la una menos cuarto de la madrugada, y yo aún sigo delante de la pantalla de mi ordenador dándole al teclado, escribiendo cosas que me vienen a la mente. Afuera, truenos. Adentro, piano, ritmo y voces divinas. Sacando las letras de internet, acompaño la canción con mi voz grave y desgarrada de tanto gritar. No me importa si suena mal, total, no va a salir de aquí, pero es que adoro cantar sin que nadie me escuche, como si viviera sola en este mundo y yo fuera mi única crítica, que por una vez, no me pondría negativa. Por una vez, creo que mi voz no queda demasiado mal. No es que quede mejor la canción con ella, pero me suena bonito aún. Flashes fuera despiertan mi atención, relámpagos blancos fluyen por el cielo, gotas de lluvia empapan las ventanas, y aunque no hagan ruido, las oigo. La una menos diez, miro mi habitación. Bolsas vacías, lápices de colores, diccionarios, desorden; todo lo que podría desear. Fuera sigue tronando, y aveces me llevo algún que otro susto; el cielo parpadea. Cada vez llueve más, y del reflejo de la luz de mi habitación da un toque de luz a las gotas a través de la ventana. Es una tormenta, creo que la primera de todo el año. Me preocupa bastante el tema del calentamiento, pero qué os voy a decir que no sepáis, ya no se puede volver atrás. Lo que importa es reaccionar, pero para eso debemos estar todos de acuerdo. Me dispongo a abrir la ventana, el olor a mojado me hechiza, el sonido del choque de la lluvia contra el suelo me relaja, y los truenos, siempre presentes, me despiertan. Ya no me importa la música. Ahora sólo oigo la tormenta, y sonrío. Es como volver atrás, recordar la primera tormenta de tu vida, cuando tú, pequeño e indefenso, mirabas desde la ventana aterrado tal maravilla de la naturaleza. No sabías si esconderte o seguir observando. Pero es que es tan bonito. Tan perfecto. La lluvia se está calmando. Los truenos se acentúan, y cada vez se lanzan más fuertes y cada vez rugen más. La una en punto. La tormenta parece empezar a desaparecer. El cielo se ilumina, pero está mudo. Sólo se oye un chispeo fuerte de lluvia de mayo y una guitarra eléctrica saliendo de mi ordenador. La verdad, no quiero que se pare. Es tan bonita, esta tormenta; y hace tanto que no veo una, un par de años por lo menos. Lo que más me apetecería ahora sería irme a mojarme un poco (bastante) bajo ese manto hidráulico y eléctrico llamado tormenta. Se oye un coche pasar. Tiene que tener mucha suerte, adoro ver una tormenta desde el coche, parece peligroso. La una y cinco de la madrugada, y yo sigo aquí, esperando a que termine mi edén llamado tormenta de primavera y así poder irme a la cama tranquilamente, sabiendo exactamente el tiempo que ha llovido. Otro coche. El sonido de sus llantas por el suelo resbaladizo y calado es relajante. Si cierras los ojos ahora, parece incluso el mar. El viento, las olas (que son el sonido ruedas-asfalto) y el silencio.


21 de mayo de 2009

Como todos.

- No sabía que salías por aquí.
- Pues ya ves.
- No tendría que haber venido.
- Escucha... he sido lo peor, lo sé, pero sabes que te qui...
- ¡Venga ya!, tu lo que quieres es acostarte conmigo una vez más, no mientas. Utilizarme como un chicle; desenvolver el paquete, comerte el chicle, y tirar el resto. Y luego cuando ya el chicle esté usado tirarlo a él también.
- Dios, no.

- Claro que sí. Claro que sé de qué vas. Sé que vas a joderme más que antes, con el pretexto de que me quieres, como has hecho en los últimos meses. Y justo cuando destapo tu verdadera identidad ya es demasiado tarde, me has destrozado. Me has hecho pasarlo mal. Y creía que eras diferente al resto. Que cuando decías que me querías esas palabras reflejaban tu alma, pero no. Veo que soy un puto trozo de nada al que te interesas día sí, día no. ¿Crees que soy tonta? Vale, lo era; por haber aceptado estar contigo, por haberme convencido de que merecías la pena, incluso me convencí de que eras el chico perfecto. Pero no, el chico perfecto no existe, nunca ha existido. Todos sois igual de idiotas. Que si te interesa una tía, soy guapo, me hago el chico enamoradizo, me la tiro, y la dejo. En este mundo gente como vosotros abundáis, y sois unos monstruos por utilizar a las chicas inocentes que sólo saben amar. Podría decirte todos los defectos que tienes, y me faltan dedos para contarlos. Eres un jodido hijo de perra. Y además, crees que soy tonta. Y que ahora te pones sentimental piensas que me vas a tener de nuevo comiendo de tu mano. El tonto eres tú, el subido eres tú. ¡Que ya no te quiero! ¿Entiendes payaso? Tus numeritos ya me están haciendo gracia. Que si contigo, que si sin ti. Que pares el carro. Has tenido suerte en encontrar a una tía que ha dado todo por ti. Un poco más y te doy mi puta vida. Que lo eras todo. Que te amaba. Te amaba. Tú esa palabra, ¿no la conoces verdad? Pues amar es algo precioso. Es lo mejor que ha podido existir. Ni una buena raya de coca de las que te tomas tú. Ni un chupito de absenta. Ni una paja, ni un polvo, ni una felación. Es como el límite del edén, llamado amar. Pero, ¡que te estoy contando! ¡Qué vas a saber tú de amar! Vosotros nunca sabréis el significado. Por mucho que lo busques en el diccionario, nunca sabrás lo que es hasta que lo pongas en práctica. Pero tu de amar, poco. Así que tendrás que limitarte a tu cristal, a tus cogollos de hierba, a tus tripis, a tu absenta y a tus jodidas mierdas. Pero estoy orgullosa de una cosa: he amado. Y mira, es mejor haber amado y perdido, que no haber amado nunca. Y tu irás a tu tumba sin haber amado jamás. Yo al menos moriré con la conciencia tranquila, de haber amado alguna vez, si no vuelvo a amar. Tu te perderás en el Pacífico, a la deriva, sin ideas claras. Te atormentarás, te deprimirás, vivirás tu pesadilla, porque no has amado. Pero después de todo... te lo mereces ¿no?
- Bien, quieres que ame, pues amaré.

19 de mayo de 2009


Me gusta observar por la ventana
Árboles, cielo, nubes
Y aveces si está el tiempo mal las gotas de lluvia pegadas al cristal.

Profesora, hoy he vuelto a amar.
Pero no mucho,
sólo he recuperado el cariño perdido.
Al final de tanto buscarlo
ha aparecido.

Hoy oigo y escucho,
gente deambular, sin rumbo fijo.
Yo sentada en la esquina
sin prisas miro al gentío
que se avecina.

Mañana escribiré
los mejores versos jamás narrados
solo para la persona destinada
a morir conmigo.

Puedes ser tú, puede ser ella,

quien sabe, lo único que sé
es que nunca he sabido nada.

Hoy he decidido ponerme  a trabajar
de poetisa, es un trabajo no remunerado
pero igual, es un oficio muy valorado
aunque no le podré sacar ningún beneficio.

¡Tiempo! dichosa pesadilla
maldito reloj de arena que te encierra
hace volverte loco
y ahora tus besos me saben a poco.

13 de mayo de 2009

La distance fait l'oubli.

Elle s'assit sur la roche la plus près de l'océan. Elle rêvait encore de ces merveilleux couchers de soleil avec lui, et ces inimaginables regards amoureux quand ils était ensemble. Avec lui, elle savait comment parvenir à la perfection. Ce type de nostalgie qu'elle détestait venait touts les jours, et elle la rappelait que rien aller se passer avec lui maintenant. Elle veillait encore la nuit en attente de ses appels nocturnes par téléphone, elle songeait à se maquiller et à se mettre belle pour aller à la rue, elle composait encore des chansons pour lui, elle s'asseyait encore sur ces rochers au bord de la mer en attendant son retour, mais l'Atlantique est trop immense pour arriver à le voir. Elle achetait chez le magasin d'à côté le plus bel sourir seulement pour lui.

Il était parti avec sa famille à Washington pour des raisons économiques. Il avait oublié la moitié de son coeur à Londres et le lui avait donné à elle pour le garder. Le Jet Lag lui avait fait oublié beaucoup de choses, sauf elle. Depuis son départ, il sentait le vide dans sa poitrine et pensait seulement a elle au début. Il parlait avec elle touts les jours, et se disaient au moins une dizaine de fois je t'aime encore. Peu à peu les parents à lui l'empêchaient de téléphoner si loin et de parler la nuit. Elle souffrait, il se déséspérait. Il commença à sortir dans la ville, connût des personnes et rencontra elle. Elle avait des cheveux blonds comme le miel, des yeux bleux comme des glaciers, une peau douce, livide, presque divine. Des gestes royaux, une voix parfaite. Il perdit la raison avec elle. À Londres, elle pensait trop de temps à lui, et par le manque de communiction entre eux, elle devint folle. Elle ne pensait qu'a lui, et elle commençait à imaginer qu'il était vraiment là. Elle revenait dans les rochers toute seule pensant qu'elle était avec lui. Elle regardait le mur pendant toutes les nuits pensant qu'il était là, devant elle. Elle chantait toute seule, pensant qu'il l'écoutait avec tendresse.
Il l'avait oublié complètement pour elle.

12 de mayo de 2009

Vida.


Érase una vez, un hombre que le encantaba viajar por el mundo visitando cuidad a ciudad, pueblo a pueblo inundándose en sus ruinas, en su geografía y en su paisaje. Se hacía llamar "El buscador" por esas razones. Siempre que visitaba y terminaba su ruta, quería más, y más.
Un día de su expedición encontró un pueblo muy agradable y se acercó. Era ya tarde, así que decidió pasar la noche en vela contemplando las lápidas del cementerio de la entrada del pueblo. Comenzó a leer "Luis, 3 años, 4 meses, 6 días y 20 horas". El buscador se extrañó puesto que en esa lápida yace escondido un niño de tan solo tres años. Siguió leyendo: Eva, 2 años, 11 meses, 3 semanas y 3 horas", "Lucas, 3 años, una semana, un día, 4 horas". El joven echó a llorar, puesto que todos los muertos del cementerio tenían como mucho 4 años. Pensó que debería de haber sucedido algún genocidio, alguna guerra, alguna tragedia y se desplomó en el suelo, traumatizado por la situación.
Al oír los llantos del Buscador, un anciano acudió al cementerio y le preguntó que sucedía. El joven le respondió entre lágrima y lágrima el porqué de las muertes de aquellos niños. El anciano soltó una carcajada, y le respondió:
–Cuando alguien de este pueblo nace, le regalamos un diario. En ese diario, a lo largo de su vida, deben apuntar cada momento que disfruten al máximo y su duración. Al morir se suman todos esos momentos y se ponen en la lápida, porque ese el verdadero tiempo que han vivido.



Tantas cosas.

Aunque algunas veces me cueste hablar de mí misma -tengo demasiadas cosas que decir, me hago un lío, cambio de tema y me voy de mi problemática-, por hoy haré une excepción. Y esta vez, en cuanto al amor. Sí, sí, ese órgano recogido entre esos dos pulmones que ronronea y parece explotar en algunas situaciones; ese, que me hace sufrir como nadie, encerrándome en mi cabeza y preguntándome sin más ¿Porqué?; ese que se te rompe como un papel arrugado y delicado que ya es inservible; ese, que te ha dado lágrimas y lágrimas cada día riéndose de tu ingenuidad y tu ceguera; ese, que te ha enseñado a alguien como la persona perfecta, el ser más benévolo de la tierra, que le ha ofrecido besos desde el mercado negro, que te ha forzado a darle mimos, caricias, a pasar los mejores días de tu vida y los peores con esa persona; que te hizo idealizarle y taparle con la mano sus defectos; que te permitió soñar hasta el día que rompió y echó sangre. Así es el corazón, traicionero como nadie, que te hace pensar que los errores que el comete los provocas tú; que el día que eche a volar mi imaginación él los coja al vuelo y los destruya con su más vil crueldad. Sin duda, deben quitárnoslo desde el primer día que existimos.

El corazón solo juega y tira los dados, pero a mí nunca me ha salido la Carta más alta.

10 de mayo de 2009

Migraña de las que duelen.


Sentada en el sofá con unas amigas más, estaba yo observando con unos ojos desgarradores tu trayecto, y balanceaba mi mirada de arriba a abajo. Hazme caso. Estaba medio dormida, pero seguía persiguiéndote por todo el piso para que me mirases, o me dijeses algo. Mis amigas se extrañaban porque pasabas de mí. Llevábamos saliendo una semana y pico, así que no entendíamos porqué ese pasotismo. Horas antes -pongamos una y media- me acerqué a ti, te agarré y susurré tu nombre con dulzura, y con un no de rechazo te marchaste a otro sitio. Eso me dolió. Mucho. Me hizo sentirme una muñeca, e hizo que yo te sintiese a ti como a la niña caprichosa de  cinco años que coge la muñeca, juega un día y la deja otra vez en la caja. Así me sentía yo, destrozada, desmoronada, desvalorizada. Pero tu seguías, paseándose y hablando con más chicas. Mis amigos se acercaron y dijeron lo que suelen decir los amigos: es un imbécil. Te quiero, joder, pero me duele.Me duele que me trates así.  Siento, padezco, existo. Aunque no creo que tu lo veas. Después de hablar mucho tiempo con todos -con cada uno su opinión, desde la más radical hasta la mas suave- aunque todos ellos saben que no tienes razón para ponerte así. Porque yo sufro. Sabes, sufro. Y es que te quiero. Pero este masoquismo de amor platónico es ridículo. Tu me quieres, yo te quiero. Pero tu quieres hacerte el macho ibérico que soporta todo y me ignoras por no haberte saludado en su momento. En fin, yo sigo en la caja y estoy esperando a que vuelvas a jugar conmigo. Pero esto se va a acabar ya.
Estoy harta de tus rebotes sin sentido, de tus borderías, de tus juegos, de ser tratada como tu subordinada, de tu poca delicadeza, de tu personalidad y de tus cambios de humor.
Yo también tengo mal genio, ya me estas leyendo, estoy hartísima de estas sandeces que no sé porque las haces, pero entiéndeme, tengo más argumentos que tú. Y pensaba que podía confiar en ti. Que volvería a querer a alguien, pero es absurdo. Tu me tratas mal. ¿Porqué? ¿Porque no te he dicho hola? Tarde o temprano te lo diría, y bueno, debería de haberte saludado, o deberías de haberme dicho algo. Si tanto te importa que no te salude pues hablas conmigo, pero no te haces el crío y juegas a a ver quien es el más borde. Venga, tranquilízate, Lo nuestro no es un jodido juego, ¿va? A mí -como a 7 millones más de madrileñas- les afectan estas cosas. Porque creía que ya habías pasado esa etapa de madurar. Ya eres mayorcito, cielo; deberías pensar un poco más en la gente y no solo en tus bienes personales. Estas tú, y bueno, pensaba que estaba yo. Pero veo que nos lo pasamos bien viendo a Sara mal. Que es divertido que se desmorone en tu cara. Claro, como Sara es mi muñeca. Así veo que piensas. Siempre está Sara para tus necesitades, que si esto, que si lo otro. ¿Para qué ser delicado con ella, para que quererla más, para que importarme por ella? Si, total, va a hacerlo de todos modos. Me has decepcionado.

¿Dónde estoy?

-Perdone buen hombre, ¿me podría decir dónde estoy?
-Si, sí. Está usted en en la Wilson Avenue.
-En...¿Washington, Estados Unidos?
-Pues claro...
-Ehm... creo que me he equivocado...¿en qué año estamos?
-En el 2009...¿y porque esas preguntas tan curiosas, si me permite preguntar?
-Verá, es que me dijeron por ahí que el 2009 iba a ser el mejor año de la historia de la humanidad; me contaron que no había guerras, no había delitos ni robos, que todo estaba frondoso cual edén, que había paz, que no había desigualdad, ni soberanía... Me comentaron que los Estados Unidos de América estaba en su apogeo, no había crisis, que habían especies de flores rarísimas, que no había catástrofes, ni prostitutas, ni mercado negro, ni tráfico ilegal, ni peleas, ni cárceles, ni miseria, ni llantos, ni muertes de sobredosis, ni paros cardíacos, ni violaciones, ni asesinatos, ni desamor, ni sufrimiento, ni cólera, ni desesperación, ni lágrimas de sangre, ni corazones rotos... pero veo que me han mentido, esto es un caos.-El hombre, perplejo por tal locura, deja terminar al joven.- Como ve usted, no soy de esta época, vengo del futuro con mi máquina para quedarme; pero vista la situación me tendré que volver a mi año.

El joven desaparece. El hombre, boquiabierto, después de unos segundos de parálisis, coge su maletín y corre hacia un edificio blanco y enorme. Acompañado por cuatro hombres de traje, entra en la Casa Blanca.




***




Las noticias anunciaban al día siguiente un plan anti-crisis y anti-calentamiento global propuesto por el Presidente de los Estados Unidos de América, Obama. Es como si hubiera visto el futuro.


3 de mayo de 2009

Un poco más.


A veces me gustaría ser escritora romancista. Pensar un poco más en mí, huir de la monótona vida en ciudad, evadirme en un bosque, una playa, un prado, unas montañas. No importa dónde, si no que la protagonista sea yo. Entresacar mis sentimientos y exponerlos al folio, decir lo mucho que me decepciona este mundo, hablar de mis inquietudes, de mis amores -y desamores-, de mis latidos por segundo, de mí. Hablar entre hojas, viento, sentir la brisa marina, oír los susurros de las nubes, desconectar. Vivir intensamente, morir a mi hora, contar las estrellas, hablar con el Sol, arroparme con la noche, reír de forma natural, dejar atrás los prejuicios, la hipocresía, caminar lentamente, olvidarme del reloj, tirarme al suelo, soñar, volar, escribir y escribir hasta que salga el texto perfecto, no rendirme, no sangrar, llorar de la emoción, leer, dibujar y que nadie me vea. Sin espías, sin cámaras que te vigilan día tras día para ver en que escalón pisas, sin guardias, sin policía, sin barreras, con atardeceres gratis, con vueltas alrededor Sol sin descanso, con folios interminables hechos de algodón, y poco más.

De hecho, necesito escribir un poco más de mí, pero sin que nadie me vea.

Para tí.



Podría imaginármela en  la camilla de Urgencias del hospital, sacando a un individuo cubierto por sangre, venas, tirando de un cordón umbilical. Por haber soportado 16 años a una estúpida paranoica, contrariada, llena de defectos niña de papá, se merece un monumento, y quizá más. De todas formas, no me dan los fondos. Pero unas líneas sí que le voy a dedicar. Tú, que has gritado, que has castigado, que has querido, que has dado de comer, que has vestido, que has entretenido, que has vivido a dos pequeños monstruitos -de pequeña lo he sido- salidos de su vientre. Que nos has ofrecido una casa, una educación considerablemente buena, unos caprichos, unas responsabilidades, una madurez, una sonrisa, y una vida para cada uno. Hoy, domingo 3 de mayo, he recuperado mi texto, perdido en cierres de ventana con prisas de ayer madrugada y la inspiración en este momento es pobrísima -por no decir nula, pues tengo que hacer un trabajo de arquitectura y mi mente está sufriendo un bloqueo emocional, no, más bien neuronal- , pero haré un esfuerzo.


Me hiciste descubrir el mundo
Me diste todo lo que pedí sin más
Me rescatas siempre del agujero más profundo 
Me llevas de la mano hasta la libertad


Y sé que es difícil ser alguien
Que te apoye, que te enseñe a obedecer
Y aunque pasen 50 años, incluso cien
Seguirás siendo mi madre, siempre lo recordaré


Mediante Lírica digo lo que pienso
Pues es mi modo de expresarme hoy
Tu, que estarás ahí, soportando mis suspensos
Hasta aguantar el día en el que sin más yo diga 'me voy'.


Es duro, te entiendo perfectamente
Y con cuatro estrofas te enseño
Que cuantas mas cosas das a la gente
Recibes lo mismo tarde o temprano, simplemente sé paciente.


Love you, mum.

2 de mayo de 2009

Extranjeros.

Se encontraba perdido entre tanta muchedumbre. Eran las tantas de la madrugada, y París estaba tan repleto de gente como a las seis de la tarde. Llevaba tan sólo un día en el país, y sabía que encontraría una vida mejor. No tenía papeles, estaba de ilegal y aquello le preocupaba, pero se gastó todos sus ahorros en el tren de ida. No le quedaba nada, mas que esperanza, para afrontar ese trozo de vida y salvar a su familia de la penuria y la tortura de Rumania, perdida entre países ricos, famosos y desarrollados. Llevaba una maleta y un abrigo. El resto eran sueños rotos y esperanzas vedadas. Sus ojos estaban diluviando, al igual que el nocturno cielo de la ciudad. Temblaba por el frío, y estaba eclipsado por el tinte de las luces, que, aunque lloviera, le regalaba una sonrisa a la noche. Paraguas, sonidos de teléfono, restaurantes... todo era maravilloso, tan perfecto. Deseaba con toda su alma que su familia estuviese allí para ver tales maravillas y tal armonía. Los edificios antiguos a los lados hacían la ciudad más antigua, pero consonaban con la parte moderna ala perfección. Ion podría sentirse feliz en este país tan desconocido e ideal cual Olimpo. Una sonrisa confiada se trazó en su rostro. Sentía que París podía protegerle.
Le confié mi corazón a París.



1 de mayo de 2009

Con otros Ojos.


Se miraba al espejo, y ya pasaba su mano por la mejilla de arriba a abajo. Se notaba más anciana. Las arrugas empezaban a ser alarmantes, las ojeras sobresalían de su cara, sus labios agrietados pronunciaban en silencio un "mierda" y unos ojos bañados en agua se reflejaban en el cristal. En su pelo ya se percibían algunas canas entrelazadas entre sus cabellos rubios, y parecía a estos años una madre llena de estrés. Ya no se ponía perfume, ni pintalabios, ni se perfilaba el ojo, ni se peinaba. Los años le habían comido la piel, el tiempo la había destrozado pasando tan veloz al lado de ella, como el pasar de un tren frente a tí, que ya no le quedaba nada a parte de hueso y nervio. Se mordía las uñas, su ropa olía a ginebra, y es que le quedaba tan poco tiempo por vivir, tantas cosas que contar, que decidió ponerse a soñar. Se tumbó esperanzada por alguna respuesta en la cama, cerró los ojos, se despidió de sus flores -que ellas seguían igual de espléndidas que el primer día-, posó la mano en su pecho, y, con una sonrisa dibujada en su rostro, dejó de existir. Sus ganas por ganar una vida se esfumaron en un sueño lejano tras un túnel. No tenía nada más que hacer, pues estaba totalmente derretida sobre el reloj y el calendario. Y es el tiempo lo único que nos queda.



Tres días antes.
- ¡Abuela! ¿cuánto tiempo vas a vivir?
- El que tu me digas cariño mío.
- Yo quiero que vivas siempre.
- ¡No se puede vivir para siempre! Ni siquiera tú vivirás siempre, algún día tenemos que morir
- .... Vale! Pues entonces quiero que te quedes conmigo hasta que me muera.
- Haré lo que me pidas cielo.
- Entonces...¿me lo prometes?
- Te lo prometo.

Flowers are growing all over my bones.

No pretendo en absoluto ser la más famosa de todo Blogger, no. Lo que intento es tener un rinconcito en la web para que amantes de la literatura y adictos al placer de escribir se tomen unos minutos para leer algún que otro relato, algún que otro párrafo y para opinar sobre mis minutos de tecleo nocturnos. La verdad, prefiero que os sinceréis conmigo criticando mis poligrafías de manera constructiva; -pues siempre se aprende más de lo que te han enseñado, reprochado y corregido-, que digáis 'está muy bien.' Por una vez, quiero que me juzguen por lo que escribo.