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21 de septiembre de 2009

decisiones.

Es difícil vivir. ¿No creen? Llegar a la felicidad con sólo lo que tenemos es complicado, siempre necesitamos lo que no tenemos, y date por salvado si tienes dinero.
La historia del mundo ha pasado por muchos regímenes, por ejemplo la Monarquía (absoluta, constitucional) o la República; y por muchos sistemas políticos, como el democrático, el capitalista, el liberalista (que incluye al capitalista, de hecho), el sindicalista, el comunista, el anarquista, entre otros. Y quiero que me digan ¿cuando hemos llegado al apogeo de la humanidad? Es decir, ¿con qué sistema o gobierno hemos llegado a ser todos y cada uno de nosotros (6 y medio billones de humanos) felices? Nunca, señores, nunca. ¿Y por qué? No lo sé. Pero deberíamos cambiar, ¿no? Por muy difícil que sea, con organización y paciencia se podría obtener algo que (por lo menos) se acercara a esa sensación. ¿Cómo? Dando oportunidades a dichas organizaciones políticas.
Yo tiendo a ser de izquierdas (ideología anarquista), pero sería razonable demostrar la igualdad estableciendo los regímenes mencionados anteriormente y quedarse con el mejor aplicable y aplicado (y demostrar que el derechismo no ayuda, pues en estos pensamientos se marca aún más la desigualdad). Para mí, sería la decisión más correcta, por que si lo dejamos como está, ciertos regímenes e ideologías nunca se aplicarían (tales como el anarquismo), así que el mejor el sistema que acabo de enunciar.

Aunque lo mejor sería si no hubiera dinero. Pero eso ya es otro tema.

20 de septiembre de 2009

Absurdidad.


A veces el silencio puede decir muchas cosas.
No sé. Eres tan difícil que quiero hacer una lectura analítica de todo tú, pero es imposible. Nada en ti significa nada. Nada puede tener explicación, por que lo haces por que sí, por que no, sin más. Sin dar razón alguna. Y confundes, confundes. Por que no tienes lógica, para nada. Haces las cosas sin pensar, actúas sin razonar; y no temes las consecuencias. O las temes, y te repercuten con mal genio. Eres tan inexplicable, y me pones tan nerviosa, que casi te odio. Es cierto, ya no te quiero como antes, pero no rechazaría un beso tuyo.

Eres tan Ilógico, que cada vez que nada tiene sentido me pones más.

11 de septiembre de 2009

Lucy se desesperó.


Entre las hojas translúcidas, el sol mañanero iluminaba la pálida cara de Lucy, que junto a su gato Nyan, contemplaba la hermosa y lívida ciudad a bajas horas de día.
Esperaba una visita desde la ventana, una persona que le importaba mucho. Pero no en el sentido de cariño, si no en el otro; en el que va más allá de lo físico y contradice cualquier ley matemática que se le eche encima. Eran ya varias promesas por cumplir de esa persona, y Lucy le creía por su inocente confianza.
Se tomó una taza de té verde tranquilamente (pues le quedaban aún unos muchos minutos para su llegada) y se tumbó en la hierba por la mañana. Su camiseta se empapó del rocío de la noche anterior, pero no le importaba. Los pies mojados se asomaban al sol y Lucy empezó a pensar si él se había olvidado de lo de aquel día.
Se levantó de su pequeña siesta (mañanera) y se sentó en frente de la puerta de la entrada, esperando el incómodo timbre (o glorioso) que marcaba el principio de su sueño perfecto.
Eran ya bastantes horas las que había pasado esperando el mínimo movimiento del otro lado de la puerta, y Lucy se extrañó.
"No le voy a llamar, tengo que desinteresarme, o al menos intentarlo", pensó, pero echaba de menos esos besos ácidos y efímeros, así que le llamó; y no contestaba.
Sin querer sucesos de éste tipo pasan a lo largo de nuestras jóvenes vidas, y nos marcan; y es más fácil narrar una historia inventada cuando has vivido ese momento (o eternidad), por que las experiencias personales nos ayudan a crecer y a saber.
Lucy esperó hasta las seis de la tarde (desde las siete de la mañana, cabe destacar) a alguien que no llegó y con el que contactó a esa misma hora. Sus ojos ya no eran los mismos, no mostraban ese afán de querer vivir ni esas ganas por descubrir, ya no quería sacarle las astillas del corazón por que ella quería que éste cicatrizase con ellas dentro. Quería que la cicatriz permaneciera mintiéndola toda su vida, traficando cariño, mintiendo en besos y palabras falsificadas, haciendo como si una parte de ésta perteneciera a su corazón.
O al menos, es lo que ella quería, pero no podía evitar querer la verdad. Y lloraba, lloraba tardes y noches. Lloraba por las mañanas prometidas, lloraba por las palabras engañadas, por esa atención, por esa mirada abisal que le mareaba a cada parpadeo, por esas manos que agarraban su cuerpo delicadamente, por esos escalofríos que le entran al recordar momentos en el que sólo coexistían él y ella alumbrados por aquella tenue y frágil Luna que se asomaba por la ventana vallada.

3 de septiembre de 2009

Mañana no sé si estaré.

Me bebí un segundo sorbo de mi café de por la mañana y empecé a pensar, como siempre que puedo, de todo esto. Esto a lo que llamamos vida, llamamos vida a un poder tan mágico, tan surrealista y tan increíble, que lo consideramos normal. Esta vida, que viene acompañada de una serie de sucesos manifestándose durante este periodo de duración relativa, nos da el poder de sentir, amar, querer, sufrir, enfadarse, hablar, crear, sonreír, transmitir; entre muchos, muchos otros.
Y me jode, me jode mucho que yo no pueda aprovecharlos bien, que cada cosa que hago salga mal, que cada vez que intento algo no sucede como previne.
Entre trago y trago, un suspiro se escapó de mi boca. Acabé mi taza, la lavé y me fui, otro día más.


Flowers are growing all over my bones.

No pretendo en absoluto ser la más famosa de todo Blogger, no. Lo que intento es tener un rinconcito en la web para que amantes de la literatura y adictos al placer de escribir se tomen unos minutos para leer algún que otro relato, algún que otro párrafo y para opinar sobre mis minutos de tecleo nocturnos. La verdad, prefiero que os sinceréis conmigo criticando mis poligrafías de manera constructiva; -pues siempre se aprende más de lo que te han enseñado, reprochado y corregido-, que digáis 'está muy bien.' Por una vez, quiero que me juzguen por lo que escribo.