-->

4 de octubre de 2009

Y nos conformábamos con café amargo en el desayuno.


Y ya no nos quedaba nada. Solamente noches vacías de sexo vacío bajo almohadas vacías. No teníamos sueños, ni ambiciones. Sólo vivíamos sometidos a una monótona y repetitiva rutina que nos quitaba las ganas de amarnos. Eran ya muchos años, y la casa seguía igual, la comida era la misma, los besos eran los mismos, y las palabras eran las mismas. Ya ni discutíamos, ni casi nos mirábamos a la cara, salvo para contar las arrugas que aparecían. Nos daban tanto asco nuestras vidas, habíamos cometido tal fatal error, que ya era irreversible, y nos conformábamos con café amargo en el desayuno. Prometimos no enamorarnos más.

3 comentarios:

Vanille Galaxy dijo...

No se puede prometer no amar. Muás!

Erik Cohen dijo...

Cierto dificil promesa,pero myuy buen texto.

Guillo dijo...

oye muy bueno
me he leido varios
letras maduras
y no lo digo por los temas

saludos

Flowers are growing all over my bones.

No pretendo en absoluto ser la más famosa de todo Blogger, no. Lo que intento es tener un rinconcito en la web para que amantes de la literatura y adictos al placer de escribir se tomen unos minutos para leer algún que otro relato, algún que otro párrafo y para opinar sobre mis minutos de tecleo nocturnos. La verdad, prefiero que os sinceréis conmigo criticando mis poligrafías de manera constructiva; -pues siempre se aprende más de lo que te han enseñado, reprochado y corregido-, que digáis 'está muy bien.' Por una vez, quiero que me juzguen por lo que escribo.