-->

28 de octubre de 2009

Como un jodido perfume.



Hace poco me hablaron de él. Era nuevo en aquella colección, y Celia y yo deseábamos probar aquel perfume que iba a salir a la venta pronto. Celia ya estaba un poquito más pendiente del perfume más juvenil, que ya había salido y olía tan bien que te dejaba en el paladar un suave aroma a brisa mediterránea durante unos minutos, así que sola, me decidí a ver qué tipo de perfume traían. Al principio, me pareció un olor muy normal hasta que conseguí captar las texturas afrodisíacas que desprendía al final de su flujo. Después de varios días oliendo su sabor desde lejos, decidí probarlo esa misma noche. Durante toda la noche sentí como cada gota de perfume recorría mi cuerpo, acariciándome y susurrándome su melodía, hasta que a las seis desapareció su olor. Me notaba tan extraña al no tener el perfume y no poder olerlo, que poco a poco me fui encaprichando de ese perfume. Pero no era mío. Era de una tal Eva, que lo tenía en su casa desde hace unos años, y no lo quería soltar.
Un día después de no saber durante un mes de su aroma, le encontré en la basura. Se ve que aquella chica, Eva, se hartó de él. Me lo llevé pues a casa, deseando disfrutar aunque sea una noche, y sólo una, de esa sensación paranormal que me produjeron aquellas gotas minúsculas en mi piel por aquel entonces. Pero no sabía aún que ese perfume mataba.
Estaba tan extasiada por mi posesión que me puse por todo el cuerpo, hasta cubrirme de una capa húmeda y brillante, y me dispuse a dormir. O a soñar.
La mañana siguiente me desperté con una lágrima rasgando mi mejilla hacia abajo y con cortes en los brazos, en las piernas y en la tripa. Era demasiado tarde. Estaba empapando la cama de flujo arterial, y me costaba respirar. Aquel perfume, pensé, aquel perfume... es veneno. Ya no podía hacer nada, no me podía mover, y sólo pensaba en llamar a Eva y pedir que cuidase de aquel perfume tóxico, pues aunque fuese puro veneno, me había enamorado de él. Pero los músculos dejaron de responderme, y, hundida en lágrimas saladas y en sangre; cerré mis ojos por última vez.

No hay comentarios:

Flowers are growing all over my bones.

No pretendo en absoluto ser la más famosa de todo Blogger, no. Lo que intento es tener un rinconcito en la web para que amantes de la literatura y adictos al placer de escribir se tomen unos minutos para leer algún que otro relato, algún que otro párrafo y para opinar sobre mis minutos de tecleo nocturnos. La verdad, prefiero que os sinceréis conmigo criticando mis poligrafías de manera constructiva; -pues siempre se aprende más de lo que te han enseñado, reprochado y corregido-, que digáis 'está muy bien.' Por una vez, quiero que me juzguen por lo que escribo.