19 de octubre de 2009
Lo tuyo y lo mío.
En fin, eras tú, y era yo. No se podía decir que tú eras yo y que yo era tú, por que éramos demasiado diferentes. Cada uno tenía su vida, y su misterio. Y no hablo del misterio atractivo, si no del misterio sin más. Simplemente no nos conocíamos para nada, hasta que llegó el momento. Fue un cruce de miradas bastante curioso; yo a lo mío, tú a lo tuyo y cruzando el parque bañado en hojas secas y atardeceres tostados. Y nos dimos cuenta de que lo mío y lo tuyo era lo mismo. Que tú y lo tuyo vino a ser yo y lo mío, al alzar la mirada y al sonreír. Y desde aquellas palabras pronunciadas con una sutil torpeza empezaron la historia tuya y mía; en fin, la nuestra.
Será por eso que me gustas tanto, o también puede ser tu mirada infantil y tu destacado aliento. O será por que eres tú, y por que no eres yo. Será por que somos así de distintos, pero que en una cosa es lo nuestro, y ese nuestro es lo que nos une tanto. No lo sé, habría que estudiarlo detalladamente, pero sabes que eso es cosa tuya.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Flowers are growing all over my bones.
No pretendo en absoluto ser la más famosa de todo Blogger, no. Lo que intento es tener un rinconcito en la web para que amantes de la literatura y adictos al placer de escribir se tomen unos minutos para leer algún que otro relato, algún que otro párrafo y para opinar sobre mis minutos de tecleo nocturnos. La verdad, prefiero que os sinceréis conmigo criticando mis poligrafías de manera constructiva; -pues siempre se aprende más de lo que te han enseñado, reprochado y corregido-, que digáis 'está muy bien.' Por una vez, quiero que me juzguen por lo que escribo.
2 comentarios:
Nadie es como otra persona, por mucho que lo intente. Simplemente hay que compartir los sentimientos que unen :)
pues yo croe
que ya es de lo dos
con mucho optimismo
saludos
Publicar un comentario