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30 de enero de 2010

pásate eso.


Quizá era un pregunta retórica indirecta, o quizá no tenemos tiempo de aclararnos y de hablarlo tranquilamente. La filosofía interior se ha podido equivocar, nadie dijo que fuéramos perfectos, ¿no? El psicoanálisis de uno mismo se suele olvidar de pequeños detalles a los que, con una dosis considerable de THC, se multiplican por mil.
Y esa puta droga nos ha hecho delirar. A lo mejor ha confesado cosas de las que la mayor parte son ficticias, y nuestras conversaciones en un banco mirando al vacío no han significado nada.

Todo ha sido una ilusión creada por el vínculo de esa jodida marihuana.


[...]

"Yo juego con las tías, como ellas lo hacen conmigo."
No sé si es por que es tardísimo o algo, pero yo no me identifico con la segunda proposición de su discurso. ¿Acaso juego con él? No. Puede ser que juegue en su mismo terreno, pero la pista de paddel se me queda pequeña. Necesito una de tenis, o incluso de rugby para jugar con él. Aunque, sinceramente, prefiero que deje de ser un juego. Serios, y sin tonterías. Sin hacernos los interesantes. Sin que te hagas el duro, sin que me haga la inocente para que me lo diga. Saber que estamos para lo que sea, y no para cosas pasajeras. O sí, o eso es lo que necesito. Sexo sin sentimiento, sin más.

Me pregunto cuando me acostaré con un tío por amor.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No sé tú, pero yo soy de las que piensan que para jugar ya están las muñecas. Esto es más serio, y si quiere jugar... Digamos que tal vez no merezca la pena, ¿no?
Cuídate a ti antes de cuidar a los demás. Sobre todo a esos que solo quieren jugar.

Rebeca dijo...

Buena pregunta.

Ana Reddolphin dijo...

Guapisima, me está encantado tu blog ^^, te sigo desde ya.

Por cierto, con respecto al texto, que nadie juegue contigo eh, hazte valer siempre.

Biquiños.

Flowers are growing all over my bones.

No pretendo en absoluto ser la más famosa de todo Blogger, no. Lo que intento es tener un rinconcito en la web para que amantes de la literatura y adictos al placer de escribir se tomen unos minutos para leer algún que otro relato, algún que otro párrafo y para opinar sobre mis minutos de tecleo nocturnos. La verdad, prefiero que os sinceréis conmigo criticando mis poligrafías de manera constructiva; -pues siempre se aprende más de lo que te han enseñado, reprochado y corregido-, que digáis 'está muy bien.' Por una vez, quiero que me juzguen por lo que escribo.