Después de no encontrar manera de volverme a la cama, salí al jardín, y recordé las buenas compañías de Loyola Marymount University, nuestras risas, nuestras coñas, y nuestras cosas. ¿Quién rechaza los diez dólares que te da Iker para cenar?¿Qué chica no va todas las noches a la habitación de Luana y Marta para hacer planes?¿Que chico no va a la habitación de Manu para jugar unas partiditas de póker apostando dólares sobrantes?¿Quién está castigado hoy por no ir a clase sin ir a la playa?¿Quién llega hoy tarde para aplaudirle? Demasiado poco, este mes.
Volviendo a mi posición, derramé lágrimas mirando el reloj que aún marcaba las nueve. Una hora y media, se pasará rápido. Después de dormir unos cuantos minutos escuchando música de Los Ángeles, miré y vi que eran las diez y media. Me dispuse a arreglarme un poquito, a limpiarme la cara y a estar guapa para él. Tic, tac; tic tac; tic tac. ¿Dónde está? Bien, no le llamaré, que estará de camino, o algo. Las once. Le mando un frío SMS preguntándole por su situación, si se había dormido o algo. No me lo contesta. Le doy un toque a las once y media. Me agobio, mucho. A las doce, le llamo.
-¿Dónde estás?
-Nada, que me acabo de despertar y tenía que llevar a mi padre al trabajo. Iba a llamarte, y acabo de ver justo tus llamadas y tu mensaje.
-Ah.
-¿Qué tal todo?
[...]
-Bueno, te voy a colgar, que me voy para casa, estoy conduciendo y la poli está delante mío. Un beso.
-Pero, ¿vas a ve...?
pii pii pii pii.
...nir.
Le volví a llamar.
El móvil al que llama está apagado o fuera de cobertura.
Esperé, volví a llamar.
El móvil al que llama está apagado o fuera de cobertura.
Después de cuatro intentos, a la una termino mi búsqueda. Se acabó que Sara ande detrás de él. Ahora le toca. Me va a costar, no sabéis cuanto. Pero sí.
1 comentario:
Nada como una historia de amor basada en hecho reales. Nada como notar cómo se encoge tu corazón para escribir con todo el sentimiento.
Me gusta.
Un beso de la que te llamó tonta el día que fui a buscaros al aeropuerto.
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