-->

31 de enero de 2011

Noches que empapan (de líbido)

Prometí darle una última calada y te lo pasé. Aún recuerdo esa sonrisa, agradeciéndome que no me lo haya acabado yo sola. Mi mano, en contacto con la tuya, dejo de tiritar. Y al apartarse, volvió a morir de frío.
Llevábamos ya un rato tirados en la calle, sin ningún sitio a dónde ir. Nos importaba bastante poco la hora, y bastante poco menos las expresiones de la gente que pasaba por allí. Te miré a los ojos. Me enredaron. Caimos ambos al suelo. Nos mojamos de lluvia. Nos daba igual. Mi corazón latía fuerte. Me agarraste, noté tus yemas clavándose en mi espalda. Nuestras respiraciones presidían la noche. Nuestros besos eran los anfitriones. Yo aún vigilaba tus ojos verdes para que no se escaparan. Tú recorrías mi espalda para que no pasara frío, paraste a repostar en mis caderas, y terminaste en la recta final de mi pierna.
Perdone, ¿puede repetir?  

No hay comentarios:

Flowers are growing all over my bones.

No pretendo en absoluto ser la más famosa de todo Blogger, no. Lo que intento es tener un rinconcito en la web para que amantes de la literatura y adictos al placer de escribir se tomen unos minutos para leer algún que otro relato, algún que otro párrafo y para opinar sobre mis minutos de tecleo nocturnos. La verdad, prefiero que os sinceréis conmigo criticando mis poligrafías de manera constructiva; -pues siempre se aprende más de lo que te han enseñado, reprochado y corregido-, que digáis 'está muy bien.' Por una vez, quiero que me juzguen por lo que escribo.