Y despertar de un
gran letargo esperando una
magnífica eterna primavera, y ver
terrorismo, violaciones, crímenes, vigilancia, obligaciones, leyes y lágrimas.
No ver estrellas por la contaminación lumínica me aterra, y cada vez más. Ya han dejado de vigilarnos, pues hemos creado semejante
caos en nuestro amado planeta, que ya duele verlo. Duele ver a críos de a penas siete años fabricar para la gran multinacional Nike en China, duele ver a sodomizadores salir de la cárcel para volver a su trabajo una y otra vez. Duele ver como quema el suelo en verano, y como nieva en febrero sin más. Duele ver en las revistas una
belleza tan artificial que parece de los cielos. Duele ver a mujeres con
heridas por todo el cuerpo llorar a cada minuto, recordando como amaba a aquel
hombre perfecto que
ya no existe. Duele ver como el mundo se va a la
mierda, y cae, y cae, y se hace daño, y poco a poco está
muriendo.